sábado, 10 de julio de 2010

La Disco

8 de Julio de 2010

Después de una noche lluviosa y de baja temperatura despertamos a tiempo para estar listas a las 10 de la mañana, hora en que habíamos quedado con Alejandro de tomar nuestro pequeño taller de etnografía con su esposa Mayra.

Justo a tiempo estuvimos listas para empezar, solamente esperábamos a Cirenia ya que ella se retrasó un poco porque se durmió tarde terminando un trabajo. Alejandro, Mayra, Carlos, Daniela, Luisa, y yo nos acomodamos en las mesas del comedor al aire libre que tiene el hotel y unos minutos más ya estábamos acompañados por Cirenia y empezando el taller.

Primero nos presentamos, cada quien se puso cómodo en el lugar que se sentía mejor, casualmente siempre me he sentado en el mismo lugar desde que llegamos, tenia toda la vista para observar a los que estaban frente a mi y de lado.

Así comenzó la plática, una plática de 3 horas aproximadamente que pasaron rápido, mucha información y contenido pero de gran calidad, explicado de una manera detallada y clara. El taller era para abordar temas de medición cualitativa y cuantitativa que también aplicaremos en este estudio y algunos consejos al realizar las entrevistas, entre otras cosas.

Comentamos algunos detalles personales de los momentos que han marcado nuestra vida de manera negativa o positiva y también hablamos un poco de la vida de los zapatos que traíamos puestos en ese momento; muy interesante, la mayoría de las personas no le tomamos importancia a los detalles que parecen más simples como el hablar de nuestros zapatos, cada quien sacó historias de los lugares que había recorrido con ese par de zapatos, de ahí iban saliendo preguntas de porqué, dónde, cómo; y así se obtuvo mucha información de cada uno; mostrándonos que hay diferentes maneras de conocer a las personas y lo que han hecho en su vida.

Después del taller todos quedamos satisfechos con lo que habíamos obtenido, algunos recuerdos, algunos recordatorios y también algunos detalles nuevos.

Inmediatamente después de eso, cada quien comenzó a realizar las actividades que el investigador nos había encomendado, algunas tuvimos pequeñas dificultades pero después de un rato tomamos el rumbo.

Ese día me tocó hacer la comida a mí, así que mientras las demás adelantaban su parte del trabajo yo comencé a preparar pechugas de pollo en crema, a pesar de que ahora mi blusa tiene algunas marcas de aceite que brincaba del sartén, creo que hice un buen trabajo porque todas comimos y nadie se quejó.

Después de comer, retomamos el trabajo y así seguimos toda la tarde. Nuestro cuerpo ya estaba tenso y el cuello adolorido; fuimos a una tienda deportiva a comprar algunas cosas que necesitaríamos el día siguiente en nuestro descenso por el río, así que fuimos a dos tiendas: “Los Pescados” y “Proadventure” ahí mismo en Jalcomulco a unas calles de “La Villa”.

Compramos lo que necesitábamos y en el camino notamos que había algunos vehículos con estructuras en ellos, algunas bocinas, templete, parecía que algo no usual estaba planeado ya que casi a diario pasamos por esas calles y lo único que habíamos visto eran señores mayores sentados alrededor de la cancha y algunos en las bancas del parque. Preguntamos a algunas personas y supimos que trataba de la famosa “Disco” la celebración de la cual nos había estado platicando anteriormente y aseguraban era un festejo muy concurrido por los habitantes del pueblo de todas las edades, un festejo que generalmente se hace cada semana los sábados, pero como la semana pasada hubo elecciones en el municipio tenían que guardar ese día por la ley seca así que este jueves aprovecharon el fin de cursos de la secundaria de la localidad para traer la música a la plaza y convivir un rato.

Nosotras volvimos a “La Villa”, pero después de tanto tiempo estar sentadas frente a la computadora decidimos salir un rato a despejarnos, desde hacia un rato ya se escuchaba el sonido de la música sonar muy fuerte y eso nos despertaba la curiosidad de saber como estaba el ambiente.

Salimos Luisa, Daniela, Cirenia y yo rumbo al parque, con la intención solamente de pasar a ver y estar un rato mirando para regresarnos pronto, pero decidimos ir a conocer algunos de los lugares que los visitantes y habitantes acostumbran frecuentar para tomar algunas bebidas y escuchar música.

Primero fuimos a un lugar llamado “LItrox” donde todas las bebidas alcohólicas que venden son en porciones de un litro. El lugar está bien, con decoración, lucecitas, una barra del lado derecho y todos los banquitos ocupado por hombres, algunos sillones en medio, mesas, después del primer cuarto estaba una zona al are libre también con unas mesas pequeñas y sillones de cuero, de nosotras hubo quienes pidieron una bebida ahí pero la llevaron para llevar, mientras las demás comíamos unas frituras que ofrecieron en la mesita de centro, nos terminamos las frituras y salimos rumbo a otro lugar que nos habían recomendado y dado un volante; tuvimos que cruzar por enfrente de la plaza y vimos a toda la gente que estaba alrededor mirando, bailando, tomando cerveza y otras bebidas. Unos sentados en la banqueta, otros con sillas afuera de sus casas o negocios, señores mayores, familias completas, jóvenes, parejas de novios, niños, etc., pienso que la mayoría de Jalcomlco estaba reunido ahí.

Llegamos a un lugar llamado “Gekko Bar”, en ese lugar si venden bebidas sin alcohol, así que las que no habíamos comprado nada, pedimos unas bebidas dulces y nos sentamos en una de las mesas. En cuanto entramos se percibía un ambiente tranquilo y muy diferente al bar anterior, rápidamente un mesero nos recibió mientras estábamos mirando en la puerta y nos invitó a pasar, estaba obscuro pero con unas luces azules que daban un toque agradable, un olor como a canela y la barra con todas las botellas que ofrecen frente a la puerta.

El mesero nos llevó hasta el área donde estaba la música en vivo, un grupo de dos personas: el cantante y el tecladista, la música era de mi agrado y de mis compañeras, había algunas canciones que coreábamos pero discretamente porque no nos sentíamos muy en confianza.

Después llegó un muchacho que habíamos conocido anteriormente, un guía de rafting, nos saludó y platicó un rato con nosotras, al rato llegó uno de sus amigos y también platicamos con él.

Después de que todas terminamos nuestras bebidas decidimos irnos a la plaza para escuchar otro tipo de música. Nos despedimos de uno de los guías y salimos. Caminamos a la plaza y vimos que ya había mas gente bailando, nosotras fuimos a “La Villa” a avisar que volveríamos a la plaza para que no nos cerrar la puerta. Volvimos a la plaza y ahí volvieron allegar los guías, nos daba un poco de pena bailar frente a tanta gente así que nos quedamos en la orilla bailando, llegaron varios jóvenes para invitarnos a que entráramos a la pista pero no fue sino hasta que uno de los guías nos jaló al centro y empezamos a mover los pies.

Dentro de poco tiempo ya nos sentíamos con ambiente y bailamos un poco mas relajadas, pasó alrededor de media hora cuando la música se terminó, como a las 12:30 am, ahí fue cuando nosotras decidimos irnos a nuestro hotel y descansar de un día muy agradable.

Por: Paloma Herrejón López de Hermosillo, Sonora (Universidad de Sonora)

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