25 de Julio de 2010
Domingo muy temprano, el último día para los huéspedes del hotel y para los turistas que habían estado en el pueblo todo el fin de semana. Todos comían su desayuno, el que se acostumbra.
El día estaba un poco fresco ya que el Sol aun no salía y la noche anterior había tenido demasiada agua.
Algunas personas realizaban las últimas actividades fuera, conocían zonas de Jalcomulco, comercios, lugares para comprar cosas que llevar a sus casas.
Después de la hora de comida se noto como todos empezaron a juntar sus cosas y hacer las maletas para salir.
Una de las familias que estaban hospedadas, los que venían desde Celaya, Guanajuato, quienes al parecer llevan varios años visitando el mismo hotel, se tomaron la foto del recuerdo con todas las personas que estuvieron en su viaje, desde los dueños del hotel, los guías, las cocineras y hasta yo entre ellos. Muy agradecidos se despidieron también de nosotras esperando volver a vernos pronto.
Como para las 6 de la tarde ya todos habían salido, el hotel quedó vacio, solamente estaban los guías de “Ecco Sports , algunos empleados de “La villa” y nosotras.
Uno de los guías, “Toño”, nos invitó al festejo de 15 años de su prima que viene de Tijuana, caminamos hasta la casa donde se estaba festejando, afuera estaban una carpas adornadas, una luces que iluminaban muy fuerte todo alrededor de las sillas, adentro de la casa había mucha gente, estaba la quinceañera y los chambelanes que aun no podían bailar el vals porque la lluvia no los dejaba, también había personas comiendo, nosotros nos sentamos en la mesa y nos sirvieron arroz naranja y camarones en una salsa roja picante, también estaba una charola con chiles jalapeños rellenos de pollo, adornados con cebollas y zanahorias, refresco o agua de jamaica, después vino el pastel con pan de vainilla y tres leches; todo estuvo delicioso, las personas muy amables nos atendieron, eran familiares de Toño.
Después salimos a la baqueta a ver el vals, la coreografía, la entrega de la corona, las zapatillas y la última muñeca, el vals con los padrinos, con la familia.
A partir de ahí la música empezó a sonar cada vez mas fuerte, los invitados se pararon a bailar al centro de la pista, había personas que pasaban y nos ofrecían bebidas. La lluvia se soltó pero todos nos refugiábamos debajo de las carpas, dejo de llover y la música siguió no sabemos hasta que horas pero seguramente un par de horas mas.
Por: Paloma Herrejón de Hermosillo, Sonora (Universidad de Sonora)
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