jueves, 15 de julio de 2010

El río de los pescados, sin peces; una pérdida total de vida: Don Pillo.


Por una de las calles angostas del pueblo de Jalcomulco, se encuentra la casa de Don Elpidio, afuera de su hogar hay varias rejas de mangos de la cosecha, unos maduros, y otros aún verdes. En el pasillo, está una mesa con algunas servilletas bordadas seguramente en venta, enfrente de la mesa un mostrador y, sobre él, una báscula para pesar carne.

“Don Pillo” como le dicen, tiene 43 años, está casado y es padre de tres niños, es un habitante que nació y creció en Jalcomulco.

Desde niño, recuerda, a partir de los catorce años comenzó a pescar, él aprendió de sus amigos mayores que él, porque su papá, según él, ni siquiera sabía nadar. Entre las especies que suele pescar se encuentran: camarón, mojarras, trucha, pepezcas, chiques, burritos, tenchoco, bobo y juile. Actualmente, Don Pillo va por lo regular todos los días a “canastear”, como le dice él a la actividad de la pesca, en el río construye trampas con canastas hechas por él mismo con bejuco que trae del campo. En las canastas colocan la “carnada” que puede ser burrito, camarón crista, o triponsito. Las trampas se dejan toda la noche y en la mañana posiblemente ya tendrá algunos peces atrapados.

En Jalcomulco a las orillas del río ya no hay tantos peces, por eso don Pillo tiene que salir a las riveras del río por lugares conocidos como Mayola, Tecoavillo, Tecomatla.

La pesca ha sido y es un medio económico importante para su familia, lo que él pesca en el día lo vende a algún restaurante. El camarón, por ejemplo, es vendido en $200 pesos el kilo. Claro está que no siempre obtiene lo mismo pues a veces pesca un kilo, kilo y medio o medio kilo al día, o también puede ser que no pesque nada. Para él, un día de pesca donde por lo menos obtenga un kilo de camarones ya es ganancia, y se siente muy feliz de llegar a casa con 200 pesos.

Don pillo al igual que algunos de sus familiares que viven de la pesca, también trabajan en una empresa de turismo de naturaleza, cómo guías de tirolesa o de rappel, explica que éste empleo no es de base, cuando no son temporadas vacacionales no es muy bueno, ya que solicitan de su trabajo cada ocho, quince días o cada mes, la época fuerte es en la temporada vacacional, lo suelen llamar una o dos veces por semana. Otro medio de obtención de recursos es la cosecha de alguno de los productos que siembra en el campo como el maíz, el frijol y pipián. Aunado a ello las cosechas cada año del mango, cacahuate, limón y café; recalca que sólo cuándo los productos se dan en abundancia los vende y si no son para el autoconsumo.

En aquel mostrador de su casa donde está la báscula, pesa la carne que vende, sea de mariscos o de res.

Respecto al proyecto de la posible construcción de siete cortinas o presas en el Río de los Pescados opina:

“Primero yo me sostengo del río, estarían en peligro no sólo las especies, sino también mi familia, el empleo en el pueblo, ya no volvería a ver especies que sólo he visto una vez en mi vida en la cuenca, sería una pérdida de vida en su totalidad, ya no habrá turismo, tal vez terminemos vendiendo las piedras del río”.

Si el proyecto de la construcción de las presas llegara a aterrizar moriría gran parte de la flora y fauna, entonces, el río de los Pescados sería un río sin peces.

Cirenia Vásquez López (Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca)

1 comentario:

  1. oye q chido diario, lamentablemente yo no puedo hacer lo mismo en mi blog. ja ja ja j apobre de mi pobre de mi

    o sea yo

    riosmendezj@hotmail.com. Cirenita sabe je je je je

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