13 de Julio de 2010
Martes 13, desde la madrugada la lluvia se escuchaba fuertemente, todavía en la mañana el agua golpeaba los techos y el viento movía con gran fuerza los arboles provocando un efecto impresionante. Un poco antes del medio día ya se había calmado y el solo poco a poco empezaba a asomarse.
Nosotras habíamos tenido una noche larga, así que descansamos lo más que pudimos hasta que ya el cuerpo no nos permitía estar más tiempo en la cama. Aun había pendientes que terminar así que para empezar cada quien en sus quehaceres primero teníamos que hacer algo de comer.
Daniela y yo nos encargamos de los guisos y Luisa y Cirenia ayudaban en los instrumentos y en la limpieza. Preparamos chuletas y espagueti, por supuesto acompañada con especialidad de Luisa, agua de frutas hecha a base de bebida en polvo.
Las 4 comimos tranquilamente y empezamos con nuestras labores, unas mas que otras pero al final de cuentas todas estábamos ocupadas, en eso paso un hombre vendiendo nieves de mamey y mango, patrocinadas por uno de los dueños del hotel “La Villa” todas comimos nieve.
Yo nunca había probado la nieve de mamey y si me gustó, es un sabor dulce que me parecía parecido al del higo, incluso sentía algunas pequeñas semillas en mi paladar, después de esa deliciosa y dulce nieve seguía continuar con las transcripciones que me hacían falta, por fin termine y Luisa y yo salimos a la calle para obtener información y algunas entrevistas que necesitábamos.
Paseamos por las calles de Jalcomulco un martes alrededores de las 6 de la tarde y no pudimos encontrar mas que dos o tres personas en cada cuadra y al parecer solamente esperaban que cayera la tarde antes sus ojos, no había mucho que ver, fuimos hasta el puente y pudimos observar que el río esta demasiado alto, muchas olas, mucho ruido, demasiado movimiento aun en las zonas que habíamos visto tranquilas la ultima ves, incluso el día que nosotros descendimos fue en una zona donde las olas estaban calmadas y unas partes que se alcanzaba ver tierra, ahora no, estaba completamente cubierto por agua y velocidad en ella, simplemente el ruido que se escuchaba era diferente de otros días donde no había llovido tanto.
Regresamos a “La villa” pero un poco mas tarde volvimos a las canchas de futbol porque nos dijeron que había partido, llegamos pero no vimos movimiento de nada de juego, asique preguntamos a unos niños que pateaban el balón y ellos nos dijeron que no había partido programado para se día pero que tal ves en la semana haya otro.
Nos quedamos ahí un rato y vimos que en la parte que esta frente a la biblioteca estaban un grupo de jóvenes bailando un tipo de música regional, ya los habíamos escuchado antes así que fuimos a ver de qué se trataba.
Son aproximadamente 5 parejas de hombre y mujer que se acompañan para hacer sonar los tacones de sus zapatos en el cemento del piso, ya habíamos presenciado otros bailes de ese tipo en nuestro estado, pero creo que nunca había escuchado que el piso sonara tan fuerte, las mujeres se movían con mucha delicadeza pero a la ves seguridad acompañadas del ritmo, los hombres sin duda eran los que llevaban el paso, además su brazo fuerte hacia presión en la cintura de las mujeres para moverse por toda la zona de baile; brincos, flexiones, rapidez, coordinación, todo se conjuga para dar lugar a un baile lleno de energía y mucho entusiasmo que se escucha varias cuadras a la redonda.
Insisto; el sonido de los tacones sobre el piso era impresionante, Luisa y yo mirábamos fijamente todos los movimientos y estábamos seguras que era imposible que llegáramos a hacer si quiera algo parecido.
Entre algunas pequeñas entrevistas que hicimos a los jóvenes que estaban participando en ese bailable nos enteramos que se trataba de un numero musical que estaban preparando para una presentación de su graduación del bachillerato en el COBAEV (Colegio de Bachilleres del Estado de Veracruz) y que eran los mismo estudiantes a quienes les gustaba bailar los que se ofrecieron para hacer esa presentación, también se les pidió ayuda a otros jóvenes que quisieron apoyarlos.
Nuestros entrevistados fueron hombres y mujeres, todos muy buenos bailarines entre otras actividades que también realizan, nos platicaron que la mayoría de los fines de semana acostumbran ir a lugares como “El litrox”, “La disco”, y pasear por las calles, otro mas nos dijeron que entre semana se acostumbra ir con la familia al río o estar en su casa; como por ejemplo Luis, Amaerani, Salma y Francisco.
Poco a poco nos enteramos de otros detalles, por ejemplo con el maestro Gustavo Limón Hernández quien los estaba ensayando, supimos que se han presentado en varios lugares de Veracruz como: Zoyacuautla, Vega de a la Torre, Veracruz, Tuzamapan entre otros y en este caso se trata de un grupo de jóvenes entre los 14 y 17 años, pero también se unen personas de 20 años o incluso señores y señoras que quieren bailar este tipo de música, también van niños y hasta nosotras recibimos la invitación para ir cualquier día a bailar con ellos.
El maestro es Instructor de Educación Artística y esta próximo a egresar de la Licenciatura en Educación Física de la Universidad Veracruzana, un muchacho muy amable que nos brindó la información que necesitábamos en esta ocasión. Los muchachos siguieron ensayando su polka de chihuahua y jarocho para el próximo jueves presentarlo en el comisariado y el viernes en la graduación del COBAEV, estamos invitadas a ambas presentaciones también.
Seria buena idea tomarle la palabra a Gustavo el instructor, ya que a simple vista se podía observar la cantidad de ejercicio que se hace, el sudo que despiden y todos los músculos del cuerpo que se trabajan.
No cabe duda que en Jalcomulco a parte de los deportes extremos también existen otras actividades extremas como el baile jarocho y las polcas, si se ejercicio se trata hay muchas otras opciones que se pueden practicar.
Platique con una señora que miraba desde alrededor los bailes de los muchachos y ella me dijo que el lugar que frecuenta la gente cuando se enferma es la clínica del gobierno que esta una cuanta cuadras de donde estábamos, se tiene que llegar temprano para tomar una ficha y pasar según el turno que le toque.
Después de ahí fuimos a la tienda a comprar algunas cosas que necesitábamos para cenar hot dogs caseros, fuimos a “La villa” y en el camino encontramos a Cirenia comprando una quesadilla con doña Susi, todas las tardes esta afuera de su casa con una mesa en la banqueta, no hemos tenido la oportunidad de probarlas pero será pronto, nosotras preparamos nuestra cena y nos preparamos para realizar las anotaciones del día de hoy.
Por: Paloma Herrejón López de Hermosillo, Sonora (Universidad de Sonora)
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